El campo de béisbol de Sant Boi de Llobregat (Barcelona), donde a principios del año murieron cuatro niños al desplomarse el túnel de bateo durante un ventarrón, fue incapaz de soportar la racha de viento porque tenía defectos de construcción y porque incumplía las normas de seguridad, según un informe pericial. Pese a la singularidad del viento -que llegó a los 144 kilómetros por hora-, la edificación no tenía por qué haber sufrido "irremediablemente un colapso", explica el estudio.
El informe pone de relieve que el edificio tendría que haber soportado la acción de viento, aunque no fue así porque era "fácilmente vulnerable" y estaba en una situación de "riesgo" debido a la "falta de rigidez", por su "inadecuada" construcción, y al "incumplimiento" de las normativas de seguridad. Lo anterior fue resultado del estudio que ordenó el juzgado de Sant Boi de Llobregat mismo que señala que el conjunto estructural fue incapaz de soportar las rachas de viento porque el muro de carga no tenía las condiciones de rigidez necesarias y no estaba entrelazado con el pórtico.
"Se produjo un estado latente, que en cualquier momento y por cualquier circunstancia o acción externa que actuara sobre el mismo podía dar lugar a una deformación, que podía comportar el colapso de los elementos que componían el sistema constructivo", remarca el informe pericial, elaborado por un arquitecto de Sant Cugat del Vallès (Barcelona).
Los bloques no estaban colados con concreto!
Según el estudio, si los muros hubieran tenido la rigidez necesaria y se hubiera construido según la normativa local, es difícil que se hubiera producido un colapso como el que se produjo ya que tan sólo habría afectado a la cubierta por la ligereza de sus materiales, provocando efectos secundarios más simples en el resto.
Según este informe pericial, los muros de los bloques de concreto de las fachadas se tendrían que haber rellenado con concreto, lo que no ocurrió y tampoco disponían de refuerzo de acero (varillas) en su interior.
Además, los bloques que se derrumbaron no conservaban adheridos el mortero de cemento portland, elemento indispensable para la construcción de los muros de bloques, lo que lleva al perito judicial a concluir que durante la ejecución de la obra los bloques no estaban suficientemente húmedos y quedaron demasiado débiles.
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